miércoles, 4 de junio de 2014

Comer para llegar a los 100 años.


  Este fin de semana ha sido el cumpleaños número 100 de mi abuelo, una excelente oportunidad para revisar lo que comen los centenarios y hacerle este homenaje-regalo tan personal.

  Dos fenómenos marcan la evolución social de las poblaciones del primer mundo: el envejecimiento y el incremento de la esperanza de vida. Ambos justifican que el grupo de edad que más crece en los últimos años sea el de personas centenarias.
  La ciencia lleva tiempo estudiando que factores genéticos, ambientales, dietéticos, etc. pueden estar detrás este fenómeno. Lo primero que llama la atención es que las personas centenarias suelen agruparse en zonas geográficas concretas, habitualmente aisladas, denominadas zonas azules (blue zones). En nuestro país, en segundo lugar mundial por tasa de centenarios tras Japón, la mayor concentración de personas mayores de 100 años se distribuye por localidades de cordilleras y sistemas montañosos como mostró el trabajo de MD Puga (las áreas más oscuras albergan mayor número de habitantes centenarios en relación a la población total de ese lugar):

  En el discurso de los hábitos de vida de los centenarios destacan la estrecha relación con la naturaleza, una vida activa y la inquietud intelectual. Otros factores relacionados son: intensa actividad laboral, no fumar o haberlo hecho poco tiempo, deporte regular, peso normal y estable, conservación de los ritmos circadianos, fuerte inserción social y especialmente los antecedentes familiares de otras personas longevas.
 Respecto a la alimentación, se han realizado diferentes estudios para valorar las claves nutricionales que justificarían esta longevitud. Se considera que 1/3 parte de los mecanismos que explican una esperanza de vida tan larga se deben a la alimentación. La dieta Okinawa, del conjunto de islas de este nombre y con la mayor agrupación mundial de centenarios, incluye pescado diario, cereales integrales, verduras, soja, tofu y algas. Los súper-centenarios (>110 años) más famosos como la persona más longeva del mundo consumía aceite de oliva, vino y chocolate negro a diario. En general destaca una comida sencilla a base de productos naturales con abundantes frutas, verduras, legumbres, leche y sus derivados, y el consumo de pescado o carne ocasional. En general se alimentan con moderación y no enfatizan las grandes comidas de celebraciones.
  En el caso particular del abuelo, Bernardo Fernández Moyano (31/05/1914; Belalcázar), su alimentación es muy parecida a lo descrito previamente. Recuerda toda su vida realizando tres comidas diarias, el desayuno al amanecer, la comida de mediodía sobre las 13h y la cena tras anochecer. El desayuno consistía en migas de pan con leche o con café con leche, acompañadas de unos torreznos de cerdo. La comida de mediodía era habitualmente un guiso de legumbres, sobre todo garbanzos, con algo de morcilla o tocino. La cena era más variada predominando los farináceos y las verduras: arroz con acelgas, arroz con bacalao, ajo blanco, gazpacho, pisto, etc. El postre solía ser fruta del tiempo: sandias, melones, peras, membrillos, higos, brevas, etc. no tomando dulces o chocolate salvo en celebraciones. El vino de pitarra y el pan se consumían en abundancia a diario acompañando cualquiera de las comidas. Indiscutiblemente, el aceite de oliva era y sigue siendo la grasa tradicional mayoritaria de su dieta.
  De esta forma, una alimentación equilibrada y variada, sin productos elaborados industrialmente, que incluye legumbres, verduras, frutas y farináceos como base del aporte energético es la clave de la longevidad. Otros modelos como las dietas cetogenicas, hiperproteicas o pobres en carbohidratos no se relacionan con una mayor esperanza de vida, tampoco con resultados estables a medio plazo para bajar de peso.
  Nos dirigimos a un mundo cada vez más envejecido gracias a los adelantos de la ciencia, especiamente de la medicina. Pero no se trata sólo de vivir más, sino de hacerlo con calidad, y en esto, nuestros centenarios como el abuelo Bernardo no han precisado casi de lo primero, lo han hecho siguiendo unos hábitos de vida sanos incluyendo una alimentación saludable. Supongo que todos ellos sin saberlo, y gracias al contacto cercano con la naturaleza y las tradiciones gastronómicas locales, integraron exitosos conceptos sobre "Educación Nutricional" en su alimentación. El resultado ha sido claro.

2 comentarios:

  1. Eres una máquina DOCTOR. Un abrazo de tus vecinos que os echan de menos.

    ResponderEliminar
  2. ¡¡¡ Muchas Felicidades para el abuelo Bernardo!!! Que gusto da tener abuelos con esas referencias al buen hacer y al buen vivir. Jesús, casualmente mi abuelo el 31 de mayo también fue su cumpleaños, 88 estupendísimos años!!!. Para mi es todo un referente al que seguir, con un espiritu positivo y de superación que son admirables. Con una rutina diaria de comida y actividad que no se la salta ni los días de fiesta y con una actividad intelectual que mas la quisiera muchos jovenes de nuestro tiempo. Me ha encantado el homenaje-regalo que le has hecho a tu abuelo Jesús. Un abrazo.

    ResponderEliminar

Tu comentario esta pendiente de revisión. Gracias.