viernes, 29 de abril de 2016

Cinco cosas que no sabías del fruto seco más típico de España



1. Es la bellota porque el género Quercus es el tipo de árbol más común en la península ibérica con 3.5 millones de hectáreas, un millón más que el olivar español, una superficie equivalente a toda Cataluña. Los Quercus más abundantes en España son Q. ilex (encina), Q. suber (alcornoque), Q. faginea (quejigo), Q. pirenaica (rebollo), Q. coccifera (coscoja) y Q. robur (roble), siendo los dos primeros los más frecuentes en la dehesa mediterránea.

  La encina pasa por tres estadios sexuales durante su larga vida: hembra (bellota), macho (chaparro) y hembra (encina), de ahí la adivinanza:

 "Hembra fue mi nacimiento,
y macho mi mocedad,
y por mi buena fortuna,
hembra me volví a quedar". 

  Una encina produce una media de 10-15 Kg de bellotas por año, si la vida media de una encina son 400 años, entonces una sola encina puede llegar a producir unos 4-6 toneladas de bellotas a lo largo de su vida (y puede ser más porque hay encinas en España nacidas en la Edad Media como la encina Terrona con 800 años).

2. Se llaman bellotas porque se sigue empleando una palabra derivada del árabe (belluta), mientras que encina proviene del latín vulgar ilicina (ilex, a su vez del griego madera). Cualquiera acostumbrado a comerlas sabe que hay dos variedades, las dulces y rendodas (Quercus ilex subsp.ballota), y las amargas y alargadas (Quercus ilex subsp.ilex).




3. La bellota es uno de los frutos secos (<50% agua) con menor aporte calórico, no llega a 390 Kcal por cada 100 g de producto. Un puñado de bellotas nos ofrecen casi una veinteava parte de las necesidades energéticas para un adulto. Recuerde que el consumo regular de frutos secos se asocia a menor peso corporal, entre otros muchos beneficios.

4. La bellotas son fuente de carbohidratos complejos, fibra y grasas insaturadas. Además, contienen cantidades significativas de calcio, potasio y complejo vitamínico B.




 
5. Está englobadas dentro del consumo regular de frutos secos integrado en la dieta mediterránea que tantos beneficios ha demostrado. Sin embargo, su consumo humano es marginal al haberse identificado con un alimento de pobres, tiempos de carestía o comida de animales.

".. mi señor don Quijote, que está delante, sabe bien que con un puño de bellotas o de nueces nos solemos pasar entrambos ocho días."

Cervantes M, Don Quijote de la Macha, 2ª parte, capítulo 67

  Las bellotas pueden comerse de manera saludable directamente o preparse fácilmente mediante un proceso de tostado (sin sal). Si las que tiene le resultan amargas puede hervirlas en agua durante unos minutos para que desaparezca este sabor.

  Bellotas se comen pocas, al igual que se investiga poco o nada sobre ellas. En la preparación de esta entrada no he encontrado ni un solo ensayo clínico realizado con bellotas en humanos frente a los cientos publicados con nueces, almendras, pistachos, cacahuetes, etc.


  Concluyo con una reflexión:

Si el jamón es una encina con patas 
(por las propiedades saludables de las bellotas), 
entonces ...  
¿por qué mantener a un cerdo como intermediario?


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