viernes, 14 de febrero de 2014

San Valentín y sus afrodisiacos (actulizado Febrero 2015)



  El 14 de Febrero se celebra San Valentín. Este santo fue un cristiano martirizado por los romanos por casar parejas jóvenes y enamoradas en contra de los intereses del emperador. San Valentín fue olvidado y siglos después "resucitado" en la cultura popular anglosajona.
  La costumbre de la celebración en San Valentín incluye típicamente una romántica cena vestida de rojo a luz de las velas tomando deliciosos afrodisiacos. Lo romántico se mezcla actualmente con lo afrodisiaco, aunque Afrodita, la Venus romana, era la diosa de la belleza, la sexualidad y la reproducción, no teniendo nada que ver con el actual concepto romántico del amor, Afrodita era la diosa de la atracción física y sexual.
  Los afrodisiacos son elementos utilizados para aumentar el deseo sexual, la potencia sexual y/o el placer sexual. Todas las civilizaciones se han preocupado por buscar y conseguir afrodisiacos de cualquier tipo, desde objetos y fetiches, perfumes, ritos, etc. Sin embargo, el grupo más abundante y diverso es el de los alimentos afrodisiacos, motivo de esta entrada.

  Los alimentos afrodisiacos más empleados son:
- Aquellos que guardan similitud con órganos genitales masculinos o femeninos: el plátano o el pepino, las ostras y las almejas, la fresas
- Parecidos a la silueta de la mujer o formas humanas: manzanas, peras, mandrágora, etc. 
- Alimentos con capacidad de "calentar" los humores (de la tradición Galénica): vino, algunos destilados, pimienta y otras especias picantes.
-  Por su asociación con regalos culinarios relacionados con el cortejo sexual y/o nupcial: miel, azúcar moreno, la canela o el chocolate.


  Mención especial merecen diferentes hierbas (raices, hojas o frutos) que la farmacopea tradicional ha empleado históricamente por su efecto afrodisiaco y que en los últimos años se han ensayado para incrementar la actividad y/o potencia sexual. La mayoría de ellas solo han sido probadas, con mayor o menor éxito, en roedores y no en humanos. Se trata del safed musli, la nuez moscada, el polen de palmera datilera, la kaempferia parviflora, la eurycoma longifolia, el aceite de satureja, el ginseng, la fadogia agrestis, la montanoa tomentosa, la terminalia catappa, la casimiroa edulis o la damiana. Trabajos en seres humanos no mostraron efecto alguno con el azafrán (un estudio no encontró beneficio alguno en pacientes con disfunción eréctil) ni con la tribulus terrestris (no se demostró que fuese capaz de incrementar los niveles de testosterona en adultos jóvenes).
  Solo tres plantas han probado un efecto beneficioso, la información sobre ellas es escasa y proviene de pocos experimentos:
- la mondia whitei: un trabajo demostró una mejora en la motilidad de los espermatozoides in vitro.
- la maca: un ensayo (randomizado y doble ciego) demostró que incrementa el deseo sexual en varones independientemente de los valores de hormonas masculinas.
- el yohimbe: conocida como el "viagra vegetal", ha demostrado su eficacia en el tratamiento de la disfunción eréctil aumentando significativamente la circulación en el pene. Su uso en cápsulas prescritas por facultativos está aprobado por la FDA (EEUU) con esta indicación durante períodos de algo menos de tres meses. Sin embargo, un análisis sobre el contenido en yohimbe de multitud de suplementos alimentarios vendidos por su contenido en esta planta detectó que la inmensa mayoría de ellos contenía menos de un 10% de yohimbe.
  Finalmente, y aunque no se trata de alimentos, merece la pena recordar que existen medicamentos revisados y autorizados para el tratamiento de primera línea de la disfunción eréctil (los famosos inhibidores de la 5-fosfodiesterasa) y la eyaculación precoz (algunos antidepresivos). Medidas más sencillas y naturales como dejar de fumar, realizar ejercicio físico de manera regular y bajar de peso en aquellas personas que padecen obesidad también son eficaces para solucionar la disfunción eréctil. La modificación de los hábitos de vida es esencial para conseguir una pérdida de peso mantenida a largo plazo.

  Teniendo en cuenta lo anterior, y quitando el efecto placebo y la satisfacción alimentaria producida de algunos de ellos, ningún alimento o suplemento alimentario han demostrado mediante estudios científicos su poder afrodisiaco. La venta de cualquiera de estos productos publicitado como afrodisiaco no deja de ser una estafa comercial.

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