miércoles, 16 de noviembre de 2016

Ajo negro: sus propiedades a prueba

 
  El ajo negro se popularizó en EEUU hace una decada tras depurararse su proceso de producción industrial. Desde allí saltó a Reino Unido y el resto de Europa. No es hasta hace unos dos años cuando su consumo coge fuerza en España.

¿Qué es?, ¿es un tipo de ajo especial?:

  No, el ajo negro es un ajo estandar (Allium sativum) sometido a un mes de temperatura y humedades elevadas. El ajo sufre una reacción que hace que se oscurezca, cambie de olor y pierda picor, pero sobre todo se endulce. Con esto debería de quedar claro en primer lugar que el ajo negro no es una variedad botánica distinta al ajo que tenemos en nuestras cocinas. Simplificando mucho, sería un ajo normal tostado.

¿Por qué se ha hecho famoso?, dicen qué es muy bueno para la salud:

  Inicialmente resultó interesante desde el punto de vista culinario porque abría nuevas opciones en la cocina. Sus diferentes propiedades organolépticas respecto al ajo tradicional le aseguraron plaza en el firmamento de restaurantes Michelín: imagine ... comerse un ajo dulce y sabroso, que no pique y no deje el aliento típico, un producto de la lejana Asia con propiedades curativas ... ¿quién no lo probaría?.

¿Es bueno para la salud?,¿sirve para algo?:

  Solo existe un estudio donde se haya valorada la utilidad del ajo negro, en este trabajo se observó que tomar 6 g diarios (unos 2 ó 3 dientes) de ajo negro mejoraba la composición de la grasa de la sangre.

  Sin embargo, el ajo clásico de toda la vida ha demostrado reducir la tensión arterial (en personas que la tengan alta), mejorar discretamente la composición de la grasa de la sangre y bajar los niveles de azúcar (glucosa) sanguíneos en ayunas. Además estimula el sistema inmune aunque no se sepan exactamente las consecuencias de este efecto, pudiendo estar relacionado con la reducción del riesgo de padecer cáncer de estómago o de próstata.

El ajo (morado en la imagen) ha demostrado grandes beneficios en salud. 
 
¿Merece la pena?

  El kilo de ajo negro se vende a unos 50-60€, aunque la mayoria de ventas son de pequeñas cajas con una o dos cabezas a 4 ó 5 €, porque con ese precio casi nadie lo compraría en grandes cantidades. La misma cantidad de ajo normal cuesta siete veces menos y ha demostrado siete veces más en beneficio en salud.

  La industria del ajo negro pone de manifiesto el tremendo negocio que se mueve tras los alimentos funcionales, donde la población intencionadamente malinformada o desinformada, pero sensibilizada con su salud, es capaz de pagar mucho más por un mínimo efecto beneficioso que puede obtenerse y superarse con otros alimentos más baratos.

  Otra cosa es que a alguno le apasione comer ajo negro o, como muchas veces ocurre, satisfacer la necesidad de sentirse y/o mostrarse como un "explorador gastronómico", tanto como para pagar la diferencia. Allá cada uno con sus dineros.


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