domingo, 27 de noviembre de 2016

Guía rápida para sobrevivir a las comidas de Navidad



  Ya están aquí las deseadas Navidades, y con ellas la traca de comidas navideñas, de media siete sesiones de maratón metabólico que supondran una media de 4 Kg de engorde a nuestra ya oronda silueta (en España casi 2 de cada 3 personas sufren obesidad o sobrepeso).
  A continuación podrás consultar la guía rápida para evitar el reventón de Enero:

1. Evita todas las que puedas. Recuerda otros años, 7 u 8 comidas-cenas con mil y un grupos diferentes. Ya no es solo la familia y la comida de empresa, además proliferan comidas de navidad de multitud de clases particulares, gimnasio, amas de casa, asociaciones, vecinos, etc... Comidas de Navidad las justas.

2. No tienes que ser ni el que más coma, tampoco el que más beba, mucho menos el último en irse, el cierra bares. En estas comidas no se estima la cantidad, kilos y kilos de comida de todo tipo, el objetivo no es comer si no celebrar a través de un banquete, ideados cuando la gente pasaba hambre todo el año, muy lejos de nuestra obesa sociedad. O es que alguna vez ha pensado de verdad que podría comerselo todo.

3. Sáltate la morralla. Varios entrantes low-cost pueden servir para camuflar lo único que se salve de la cena. Búsquelo o pregunte al encargado o anfitrión.

4. Un consejo dietético básico: evite o minimice el consumo de alcohol y de azúcar. Esto pasa por escoger fruta de temporada de postre, y evitar en lo posible los polvorones, mantecados y turrones.

5. Vuelve a casa andando. La mejor comida de Navidad es la que acaba con un largo paseo tomando el fresco camino a casa. La senda que le lleva de los chupitos a las copas de media tarde es tenebrosa y peligrosa para su salud.


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miércoles, 16 de noviembre de 2016

Ajo negro: sus propiedades a prueba

 
  El ajo negro se popularizó en EEUU hace una decada tras depurararse su proceso de producción industrial. Desde allí saltó a Reino Unido y el resto de Europa. No es hasta hace unos dos años cuando su consumo coge fuerza en España.

¿Qué es?, ¿es un tipo de ajo especial?:

  No, el ajo negro es un ajo estandar (Allium sativum) sometido a un mes de temperatura y humedades elevadas. El ajo sufre una reacción que hace que se oscurezca, cambie de olor y pierda picor, pero sobre todo se endulce. Con esto debería de quedar claro en primer lugar que el ajo negro no es una variedad botánica distinta al ajo que tenemos en nuestras cocinas. Simplificando mucho, sería un ajo normal tostado.

¿Por qué se ha hecho famoso?, dicen qué es muy bueno para la salud:

  Inicialmente resultó interesante desde el punto de vista culinario porque abría nuevas opciones en la cocina. Sus diferentes propiedades organolépticas respecto al ajo tradicional le aseguraron plaza en el firmamento de restaurantes Michelín: imagine ... comerse un ajo dulce y sabroso, que no pique y no deje el aliento típico, un producto de la lejana Asia con propiedades curativas ... ¿quién no lo probaría?.

¿Es bueno para la salud?,¿sirve para algo?:

  Solo existe un estudio donde se haya valorada la utilidad del ajo negro, en este trabajo se observó que tomar 6 g diarios (unos 2 ó 3 dientes) de ajo negro mejoraba la composición de la grasa de la sangre.

  Sin embargo, el ajo clásico de toda la vida ha demostrado reducir la tensión arterial (en personas que la tengan alta), mejorar discretamente la composición de la grasa de la sangre y bajar los niveles de azúcar (glucosa) sanguíneos en ayunas. Además estimula el sistema inmune aunque no se sepan exactamente las consecuencias de este efecto, pudiendo estar relacionado con la reducción del riesgo de padecer cáncer de estómago o de próstata.

El ajo (morado en la imagen) ha demostrado grandes beneficios en salud. 
 
¿Merece la pena?

  El kilo de ajo negro se vende a unos 50-60€, aunque la mayoria de ventas son de pequeñas cajas con una o dos cabezas a 4 ó 5 €, porque con ese precio casi nadie lo compraría en grandes cantidades. La misma cantidad de ajo normal cuesta siete veces menos y ha demostrado siete veces más en beneficio en salud.

  La industria del ajo negro pone de manifiesto el tremendo negocio que se mueve tras los alimentos funcionales, donde la población intencionadamente malinformada o desinformada, pero sensibilizada con su salud, es capaz de pagar mucho más por un mínimo efecto beneficioso que puede obtenerse y superarse con otros alimentos más baratos.

  Otra cosa es que a alguno le apasione comer ajo negro o, como muchas veces ocurre, satisfacer la necesidad de sentirse y/o mostrarse como un "explorador gastronómico", tanto como para pagar la diferencia. Allá cada uno con sus dineros.


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