¿Cuántas veces habrá visto a alguien beber Aquarius® al terminar de hacer deporte? Puede que hasta sea una práctica habitual suya. ¿Se ha fijado que muchos niños lo toman mientras juegan en el parque? O que es una elección habitual en las terrazas de bares entre los clientes que menos alcohol toman (niños, de nuevo, y ancianos).
Las bebidas deportivas son líquidos saborizados, que contienen habitualmente carbohidratos, minerales y electrolitos, y algunas veces vitaminas u otros nutrientes. A diferencia de las bebidas energéticas, no tienen estimulantes como la cafeina (estas se merecen un post independiente). Las bebidas deportivas aportan unas 80 Kcal por lata, fundamentalmente a expensas de carbohidratos simples (glucosa, dextrosa, sacarosa, maltodextrina, etc.). Recordemos que beber líquidos azucarados aumenta el riesgo de caries, obesidad y diabetes (entre otros). Por todo esto, se
recomienda reducir al mínimo el consumo de azúcares libres, evitando que
aporten más del 10% de la ingesta calórica diaria, con una meta ideal de menos del 5%. Esto último supone unos 25 gramos diarios de azúcar libre para un adulto. Sin embargo, el consumo medio de azúcar libre en España se sitúa en 110 gramos al día (más de 4 veces la recomendación de la OMS). El consumo medio diario por habitante de bebidas azucaradas es de 120 cc al día.
Desde #EducacionNutricional le aclaramos que:
Las bebidas deportivas llevan tres décadas incrementando sus ventas. Sin embargo, cada vez somos más sedentarios, actualmente entre el 40-50% de la poblacion no hace nunca ejercicio físico. Y es que como podemos intuir, la inmensa mayoria de sus consumidores no son deportistas, si no personas como usted, haciendo un mal uso de estos productos. Desde muy pequeño le han inundado de campañas publicitarias diseñadas para que crea que su salida diaria a caminopasear o carrera cochinera habitual es comparable al IronMan, que usted sufre y suda como Nadal, o para que se anime a sentir "el subidón " de su bebida deportiva preferida.
Nada más lejos de la realidad, ya que beber agua es suficiente para recuperarse en la práctica deportiva habitual de la mayoría de la población. Además, es lo más barato y fácil. Por tanto, las bebidas deportivas deberían estar restringidas a atletas que realicen actividad física prolongada y vigorosa, para ellos fueron diseñadas en los años 60 del siglo pasado, el resto es un formidable negocio de multinacionales.
Desde #EducacionNutricional le aclaramos que:
1. Las bebidas deportivas no son refrescos.
2. Las bebidas deportivas no son sustitutos del agua que acompaña a las comidas principales.
3. Tomar bebidas deportivas para recuperarse del ejercicio físico es innecesario en la mayoría de ocasiones.
4. La ingesta de bebidas azucaradas (como las deportivas) se asocia al desarrollo de caries, diabetes y obesidad.
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