Mostrando entradas con la etiqueta frutos secos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta frutos secos. Mostrar todas las entradas

jueves, 21 de marzo de 2019

Mazamorra: algo más que un salmorejo sin tomate.




  Esta es la historia de la mazamorra, la "abuela del salmorejo". Tras varios miles de años haciendo un majado de pan, almendra, ajo, aceite de oliva, vinagre, sal y agua para alimentar la boca de cientos de miles de cordobeses, llegó la moda de incorporar tomate a la receta a finales del siglo XIX. Habían pasado cuatro siglos desde su llegada de América, aún se seguía usando como planta ornamental para adornar jardines, y poco a poco se había perdido el miedo a la ficticia toxicidad de sus frutos (que no de sus hojas). El tomate se puso de moda, una planta resistente al calor estival y con pocas necesidades de agua, ideal para el clima del sur de la península. Barato de producir, con un sabor intenso (y no como el que venden ahora en los supermercados) y que daba un color llamativo al incorporarlo a cualquier plato. Entonces, la mazamorra calló en el olvido.

  Existe registro del uso en la Roma Clásica de una receta parecida a la mazamorra  (De re Coquinaria, Apicio, siglo I) pero sin almendra. Maza proviene del griego maza (masa), el mismo prefijo que empleamos para el término mazapán. De hecho, durante varios siglos llamaron mazamorra a la masa espesa con la que alimentaban a los remeros presos de los galeones (galeotes). Así llego a América donde está muy expandida con diferentes recetas que comparten su características consistencia espesa. Y de allí vino el tomate para incorporarse a la receta primitiva y hacer famoso internacionalmente al salmorejo. Así, como en el flamenco, el salmorejo sería un plato de ida y vuelta.




  La receta fácil de mazamorra lleva a partes iguales almendras, pan duro remojado en agua y aceite de oliva, añadiendo ajo, vinagre y sal al gusto de cada uno. La mazamorra es un plato consistente y calórico (400 Kcal/100 g) a expensas fundamentalmente de grasa (13 g/100 g) y carbohidratos (19 g/100 g), lo que por el contrario la hacen muy apetecible al gusto, de ahí su éxito gastronómico actual. A esto habría que añadir el aporte energético y de nutrientes de los alimentos que habitualmente se emplean para servirla: más pan, aceitunas, huevo duro, jamón curado, etc...

  La mazamorra se creó para alimentar al pueblo cuando nuestra actividad física diaria estaba acorde con nuestra ingesta. Llegó a permitir que los galeotes resistieran largas y extenuantes jornadas de actividad física impensables actualmente, y que serían la pesadilla o sueño de nuestros queridos crossfiteros. Hoy en día, y en plena epidemia de obesidad, cada cucharada de mazamorra es una "saludable bomba energética" a tener en cuenta para cualquier persona con deseo de mantener o conseguir un peso normal.



Desde este blog se promueve una alimentación consciente y saludable. Ofrecer la mejor información posible en términos asequibles permite mayor libertad en la toma de decisiones sobre la ingesta diaria. 






Si quiere estar actualizado, pinche aquí.


Si quiere conocer más sobre Educación Nutricional, pinche aquí.


Si desea adquirir, viva donde viva, su ejemplar de Educación Nutricional, pinche aquí.

Si desea atención personalizada sobre su situación, viva donde viva, ahora es posible.

miércoles, 18 de octubre de 2017

Calabazas de Halloween: algo más que asustar. 🎃


  Uno de los símbolos más reconocibles de la fiesta de Halloween (all hallows eve) son sus calabazas demoníacas. El clásico truco o trato pidiendo de las golosinas es otro, y éste ya lo tratamos aquí. Las chucherías son básicamente agua espesada con azúcar que pagamos a 7-8€ por Kg con un lamentable coste adicional para nuestra salud produciendo la triada DOC, Diabetes, Obesidad y Caries.

  Las calabazas de Halloween son conocidas en la cultura anglosajona como Jack-o-lantern o linterna de Jack por ser el farol vegetal (inicialmente nabos y tras el siglo XIX las actuales calabazas) con el que según la leyenda se alumbra el alma de Jack en su viaje errante por el limbo tras ser repudiado por el mismo diablo al que engaño varias veces en vida. Otros vegetales como las patatas o las remolachas son empleados en la talla de estas linternas naturales no solo en la zona de influencia Celta sino también en la cuenca mediterránea. Personalmente recuerdo hacerlos en los años 80 con sandías o melones.


  Además de como envase, la calabaza es usada desde hace milenios por su carne y pipas. La composición nutricional de la calabaza es similar a la de su prima hermana la sandía, la reína del Verano. Un recipiente de agua azucarada (92% agua, 3% azúcares) lista para ser consumida por cualquier mamífero sediento. Además, resulta interesante su aporte en potasio y vitamina A.
  Las pipas de calabaza son el verdadero tesoro nutricional de este fruto. Sus semillas crudas aportan casi un 20% de proteínas, 20% de grasa (la mitad es poliinsaturada con un efecto protector para enfermedades cardiovasculares) y otro 20% de fibra. Adicionalmente contienen altos niveles de potasio, magnesio y zinc. Las pipas pueden ser consumidas directamente, aunque la mayoría de las veces son tostadas previamente. No es necesario salarlas, esto ya vimos que es un hábito insano para tomar frutos secos o semillas.

  Dicho esto, espero que este año aprovecheis el relleno (@JaviRecetas) y las pepitas, de vuestra calabaza de Halloween. 



  Happy Halloween!. ¡Feliz Día de los Fieles Difuntos!.



Si quiere estar actualizado, pinche aquí.

Si quiere conocer más sobre Educación Nutricional, pinche aquí.

Si desea adquirir, viva donde viva, su ejemplar de Educación Nutricional, pinche aquí.


Si desea atención personalizada sobre su situación, viva donde viva, ahora es posible, pinche aquí.

  
  

viernes, 29 de abril de 2016

Cinco cosas que no sabías del fruto seco más típico de España



1. Es la bellota porque el género Quercus es el tipo de árbol más común en la península ibérica con 3.5 millones de hectáreas, un millón más que el olivar español, una superficie equivalente a toda Cataluña. Los Quercus más abundantes en España son Q. ilex (encina), Q. suber (alcornoque), Q. faginea (quejigo), Q. pirenaica (rebollo), Q. coccifera (coscoja) y Q. robur (roble), siendo los dos primeros los más frecuentes en la dehesa mediterránea.

  La encina pasa por tres estadios sexuales durante su larga vida: hembra (bellota), macho (chaparro) y hembra (encina), de ahí la adivinanza:

 "Hembra fue mi nacimiento,
y macho mi mocedad,
y por mi buena fortuna,
hembra me volví a quedar". 

  Una encina produce una media de 10-15 Kg de bellotas por año, si la vida media de una encina son 400 años, entonces una sola encina puede llegar a producir unos 4-6 toneladas de bellotas a lo largo de su vida (y puede ser más porque hay encinas en España nacidas en la Edad Media como la encina Terrona con 800 años).

2. Se llaman bellotas porque se sigue empleando una palabra derivada del árabe (belluta), mientras que encina proviene del latín vulgar ilicina (ilex, a su vez del griego madera). Cualquiera acostumbrado a comerlas sabe que hay dos variedades, las dulces y rendodas (Quercus ilex subsp.ballota), y las amargas y alargadas (Quercus ilex subsp.ilex).




3. La bellota es uno de los frutos secos (<50% agua) con menor aporte calórico, no llega a 390 Kcal por cada 100 g de producto. Un puñado de bellotas nos ofrecen casi una veinteava parte de las necesidades energéticas para un adulto. Recuerde que el consumo regular de frutos secos se asocia a menor peso corporal, entre otros muchos beneficios.

4. La bellotas son fuente de carbohidratos complejos, fibra y grasas insaturadas. Además, contienen cantidades significativas de calcio, potasio y complejo vitamínico B.




 
5. Está englobadas dentro del consumo regular de frutos secos integrado en la dieta mediterránea que tantos beneficios ha demostrado. Sin embargo, su consumo humano es marginal al haberse identificado con un alimento de pobres, tiempos de carestía o comida de animales.

".. mi señor don Quijote, que está delante, sabe bien que con un puño de bellotas o de nueces nos solemos pasar entrambos ocho días."

Cervantes M, Don Quijote de la Macha, 2ª parte, capítulo 67

  Las bellotas pueden comerse de manera saludable directamente o preparse fácilmente mediante un proceso de tostado (sin sal). Si las que tiene le resultan amargas puede hervirlas en agua durante unos minutos para que desaparezca este sabor.

  Bellotas se comen pocas, al igual que se investiga poco o nada sobre ellas. En la preparación de esta entrada no he encontrado ni un solo ensayo clínico realizado con bellotas en humanos frente a los cientos publicados con nueces, almendras, pistachos, cacahuetes, etc.


  Concluyo con una reflexión:

Si el jamón es una encina con patas 
(por las propiedades saludables de las bellotas), 
entonces ...  
¿por qué mantener a un cerdo como intermediario?


Si desea atención personalizada sobre su situación, viva donde viva, ahora es posible, pinche aquí.

Si quiere estar actualizado, pinche aquí.

Si quiere conocer más sobre Educación Nutricional, pinche aquí.

Si desea adquirir, viva donde viva, su ejemplar de Educación Nutricional, pinche aquí.


miércoles, 29 de abril de 2015

Frutos secos: si son tan sanos, ¿por qué engordan?


Actualizado 9 Mayo 2016

  Mientras me tomo mi puñado diario de nueces crudas observo a pocos metros a una señora sentada en un banco comiendose un paquete de pipas saladas, a pocos metros un señor en la terraza de un bar alterna su caña de cerveza con una tapa de almendras fritas con sal. Todos compartimos un mismo alimento, los frutos secos, pero el modelo de consumo difiere. Comer frutos secos puede ser un hábito saludable o todo lo contrario, como ya podrá intuir dependerá de la forma en que se haga. 

 ¿Qué es un fruto seco?
  Todos sabemos que los frutos son los órganos que contienen las semillas de los vegetales, la peculiaridad de los secos está en estar compuestos por menos de un 50% de agua. Muchos han adquirido evolutivamente una cáscara envolvente protectora dura o leñosa. Los más consumidos en España son las almendras (las que más), avellanas, cacahuetes, nueces y piñones. Los cacahuetes, frutos de un tipo de leguminosa (como las lentejas o la soja), son los preferidos por el resto de europeos.
  
  ¿Con qué no deberíamos confundir un fruto seco?
  Cualquier fruta puede ser desecada o deshidratada, reduciéndose su contenido en agua y pareciéndose en ésto a los que hemos visto previamente. Son ejemplos de frutas desecadas: ciruelas pasas, dátiles, uvas pasas, higos secos, albaricoques desecados (orejones); aunque el proceso de deshidratación puede aplicarse también a la calabaza, piña, mango, papaya, coco, plátano, etc.
  Al ser en su origen fruta, su composición y características nutricionales son diferentes a la de los auténticos frutos secos. Los frutos secos contienen más grasas, especialmente monoinsaturada, y proteínas frente a la fruta deshidratada que tiene más azúcares sin apenas proteínas o grasas, ambos comparten un elevado contenido en fibra.
Los higos secos tienen el triple de hidratos de carbono que las almendras, siete veces menos proteínas y la mitad de calorías.

¿Qué nos aportan los frutos secos?
  Una ración de frutos secos son unos 25 gramos de estos alimentos sin cáscara, esto es aproximadamente la cantidad que cabe en un puñado.
  Cien gramos de frutos secos (unos 4 puñados) aportan de media unas 500-600 Kcal/d (aproximadamente una cuarta parte de las necesidades energéticas de la mayoría de la población) debido a que apenas tienen agua y su alto contenido en grasa. El techo de energía es para los piñones (700 Kcal/100 g) y el suelo para la castaña (300 Kcal/100 g) y la bellota (390 Kcal/100 g). Esto es para un fruto seco crudo, no frito en aceite vegetal (aunque sea de oliva).

El proceso de fritura añade además toda la energía del aceite absorbido, cosa que no ocurre con el tostado.

Las almendras fritas contienen discretamente algo más de energía.


  Cuando comemos frutos secos, la mitad de lo que tomamos es grasa (insaturada en un 90%), y el resto se reparte entre proteínas (un 20%, aproximadamente como la carne) y carbohidratos (un 15%, mayoritariamente complejos).

  El verdadero problema aparece por la sal añadida tras la fritura. De esta forma, por cada 100 g de producto, se llega a la mitad del máximo diario recomendado de sal. Como vimos en el post sobre la sal, 3/4 partes de la sal ingerida diariamente proviene de alimentos procesados como el ejemplo que se trata aquí de los frutos secos fritos y salados. Los frutos secos tostados que se venden habitualmente no suelen tener sal añadida (recomendable revisar siempre el etiquetado).
  Por último, los frutos secos son una fuente importante de:
- fibra: según vimos en la entrada correspondiente, unos 10 g por cada 100 g de producto (las almendras y los pistachos de los que más).
- vitaminas del complejo B, menos B12.
- vitamina E.
- minerales: calcio, hierro, fosfato, magnesio, sodio, potasio, zinc. Cada uno importante para determinadas funciones específicas del organismo.
  Pero tampoco podemos equivocarnos y pensar que son súper-alimentos, ya vimos que no existen. Los frutos secos no tienen algunas vitaminas (B12, C, D, K) ni tampoco colesterol.

  Entonces, ¿los frutos secos engordan? Sí, "solo no engorda lo que no se come", pero como veremos más adelante su consumo regular se relaciona con menor peso corporal. En España, se comen frutos secos generalmente de forma esporádica y adicional, es decir, la mayoría de la gente los come algunas veces y sobre su dieta habitual. Sin embargo, no "engordan" si se comen diariamente y forman parte habitual de las comidas, reemplazando a otros alimentos con menos propiedades saludables, similar poder calórico, pero diferente composición.

¿Qué beneficios podemos esperar si comemos frutos secos?
  Evolutivamente llevamos millones de años en contacto con una alimentacion basada, entre otros, en los frutos secos. Así que no debería extrañar que su consumo regular ofrezca ventajas y beneficios a los individuos que realizan dietas "enriquecidas" en frutos secos.
  Los estudios epidemiologicos muestran una relación inversa entre el consumo de frutos secos y el peso, así como con el riesgo de acabar desarrollando obesidad. Las dietas enriquecidas en frutos secos no producen aumento de peso. De hecho, un gran estudio realizado en 120.000 personas demostró que el consumo regular de frutos secos se relaciona inversamente con el peso (- 1/4 Kg por cada 4 años), frente al incremento de peso de +1.5 Kg relacionado con el envejecimiento. En este trabajo, el aumento del peso durante años sucesivos se asoció especialmente a la ingesta de patatas fritas, patatas, bebidas azucaradas y carne, así que estos son con los que tendríamos que tener cuidado y no con los frutos secos. El descenso de peso se asoció además de a los frutos secos, al consumo durante años de fruta, verdura, granos enteros y yogur.

Junto al beneficio en el peso, existen otros efectos saludables:
- Reduce y mejora los niveles de grasa de la sangre: 
* 70 g (unos 3 puñados) de frutos secos al dia producen: descenso del colesterol total, colesterol LDL ("malo") y triglicéridos, especialmente en aquellas personas con mayores cifras de colesterol malo o con un peso normal.
* A 6 meses el consumo de frutos secos, semillas o aceites vegetales produce un aumento de los valores de la grasa "buena" (HDL) de la sangre.
* Las dietas enriquecidas en nueces, donde aporten un 15-20% de la energia diaria total, bajan el colesterol total y el "malo".

- Baja la tensión arterial y hace que seamos menos propensos a tener problemas de tensión arterial alta.
* Los frutos secos reducen la tensión arterial "máxima", especialmente los pistachos (reducen además la tensión arterial "mínima").
* La ingesta regular de frutos secos (3 o más raciones semanales) reduce el riesgo de desarrollar hipertensión arterial.

- Como consecuencia de lo anterior, no es de extrañar, que el consumo diario y regular de frutos secos reduzca el riesgo de muerte.


¿Cómo comemos frutos secos y cómo sería mejor hacerlo?
  Según hemos visto anteriormente, el beneficio de consumir frutos secos se consigue con cantidades mínimas de 3 puñados a la semana. La recomendación de las sociedades científicas es de ingerir entre 3 y 7 raciones semanales de frutos secos.
  Sin embargo, la ingesta media semanal de frutos secos no llega a las 3 raciones semanales (de media 2.6 raciones/semana). Teniendo en cuenta ésto, y que el consumo no suele ser regular, sino esporádico y acumulativo, de un producto frito y salado, no es de extrañar que la gente no obtenga ningún beneficio de comer frutos secos, peor aún, que aumenten de peso.
  El consumo diario de 3 ó 4 puñados de frutos secos crudos o tostados (sin sal) se engloba dentro de nuestra no practicada y anhelada dieta mediterránea. Otros tipos de dietas, como la vegetariana, también incluye una ingesta apropiada de frutos secos (40 y 90 gramos diarios). Otras comidas (carnes y pescados en exceso, bebidas azucaradas, bollería industrial, fritos, etc.) han suplantado a grupos de alimentos (fruta, verdura, legumbres y frutos secos) junto a los que hemos evolucionado, causándonos graves enfermedades como la obesidad, diabetes, alteraciones del colesterol y la tensión arterial.

  La opurtunidad de cambiar está ahora en sus manos.

Si desea asistencia personalizada, pinche aquí.
Si quiere estar actualizado, pinche aquí.
Si quiere conocer más sobre Educación Nutricional, pinche aquí.
Si desea adquirir, viva donde viva, su ejemplar de Educación Nutricional, pinche aquí.